Oreo es un gigante con un corazón lleno de amor — un Mastín grande y dulce que solo quiere ser querido. Fue adoptado con mucha ilusión, pero después de unas semanas su familia decidió devolverlo. Dijeron que era demasiado grande y que no tenían tiempo para darle la vida que realmente merece. Ahora Oreo no entiende por qué ha perdido su hogar. Espera con tristeza, sin dejar de soñar con una nueva oportunidad. A pesar de todo, sigue siendo un perro increíblemente bueno — tranquilo, educado y lleno de cariño. Pasea muy bien con la correa, se lleva genial con todos los perros, grandes y pequeños, no persigue gatos y adora a las personas. No ladra, no rompe nada y puede quedarse tranquilo cuando está solo. Solo necesita una familia que lo ame de verdad, que le dé el calor, la estabilidad y el cariño que tanto necesita. Un hogar con jardín sería ideal para él, porque le encanta tumbarse al sol y observar el mundo con calma. Por favor, si tienes un espacio en tu corazón y en tu casa, contáctanos para conocer a este perro tan especial. Oreo merece ser feliz para siempre.